La evaluación auditiva por vía ósea se refiere a la estimulación directa del cráneo, utilizando la vibración de una bobina magnética aplicada directamente en mastoides, ésta debe ser emplazada sobre la mastoides, sin contactar el pabellón auricular, para evitar que la vibración sea transmitida a través de la piel hacia el CAE.
Al poseer forma de cintillo, la función que tiene este componente, es la de asegurar firmemente la bobina o pastilla vibratoria para que ésta quede adherida a la mastoides sin moverse. Para esto, el otro extremo del cintillo deberá ser emplazado en la sien contralateral, cercana al epicanto del ojo contrario al lado evaluado. La porción superior debe estar en contacto con el cabello, para evitar algún cambio de posición.
De esta manera podemos realizar la evaluación, la cual se comienza en el oído de peor audición, utilizando enmascaramiento inmediatamente, con algunas excepciones, como por ejemplo en hipoacusias bilaterales simétricas, que tengan características sensorioneurales. En ese tipo de pérdidas auditivas no es tan necesario aplicar enmascaramiento; o en hipoacusias conductivas o mixtas bilaterales simétricas con un gap osteo-aéreo mayor a 40 dB, ya que en ese caso es fácil sobre enmascarar.
La forma de aplicación de esta evaluación es similar a la de la vía aérea, también se utiliza un método descendente para la eficiencia de tiempo durante la prueba, con la diferencia de que ésta se inicia con una intensidad de 10 dB sobre el umbral aéreo (que es una intensidad audible claramente para cualquier paciente). Esto se explica por qué la energía con la que se estimula el oído interno es mayor a la requerida para estimular por vía aérea, además de que la estimulación desde el oído externo pasa por los procesos amplificatorios de conducción sonora. Por esta razón es que es imposible que la vía ósea tenga peores resultados que la vía aérea.
Existen algunas dificultades con los resultados esperado en algunas frecuencias, en pacientes con hipoacusias sensorioneurales puede aparecer la vía ósea, de la frecuencia 2000 Hz y en algunas ocasiones 3000 Hz, por debajo de la respuesta de la vía aérea. Lo que ocurre desde la perspectiva fisiológica corresponde a que en el oído interno se encontrarían dos vibraciones en la misma frecuencia, con distinta amplitud y en fase opuesta, estas dos vibraciones son producto de la posición de la pastilla vibratoria en mastoides, donde en algunos casos, además de producir la vibración del cráneo, ésta se mezcla con una vibración longitudinal de la cadena oscicular, la cual vibra en mayor medida en las frecuencias 2000 Hz y 3000 Hz, principalmente en la 2000 Hz; provocando la segunda onda en fase opuesta a la primera, limitando su amplitud dentro del oído interno. Esto también explica el componente sensorioneural que aparece en estas frecuencias en las hipoacusias de conducción, el cual se destaca principalmente en los casos de otoesclerosis, también conocido como notch de Carhart.
A diferencia de la evaluación por vía aérea, las frecuencias a evaluar en la vía ósea están en el rango de la 250 Hz a 4KHz, los audiómetros convencionales no generan suficiente energía para la evaluación de la frecuencia 125 Hz, además las frecuencias 6KHz y 8KHz generan un patrón de vibración tan rápido que producen una percepción más táctil que sonora durante la evaluación, por lo tanto tampoco son consideradas durante la evaluación.
Cabe destacar que en sujetos normoyentes, no es necesario aplicar la evaluación de la vía ósea, ya que esperamos que esta se encuentra también dentro de rangos normales. Algunos otorrinolaringólogos señalan la importancia de realizar esta prueba en niños que presenten un timpanograma que indique presión negativa en la caja timpánica (curva C), aunque la vía aérea se encuentre dentro de los parámetros de normalidad. La realidad es que al ser este tipo de evaluación subjetiva, la relevancia de la evaluación de la vía ósea en este tipo de alteraciones no supera la importancia del timpanograma, el cual sí corresponde a una evaluación objetiva.
En este caso se aprecia una hipoacusia de conducción, en la cual la respuesta de la vía ósea en la frecuencia 2KHz es menor a la respuesta de 1KHz y 3KHz, producto de la posición de la pastilla vibratoria en mastoides.
La consignación de esta prueba se realiza utilizando los símbolos > para el oído izquierdo sin uso de enmascaramiento contralateral y <, para la evaluación del oído derecho sin enmascaramiento; con los colores correspondientes. En caso de utilizar enmascaramiento los símbolos corresponden a [ y ]. La unión de las respuestas se realiza con línea punteada.
Evaluación del oído peor (izquierdo) por vía ósea utilizando enmascaramiento en el oído contralateral. En la consignación el símbolo que corresponde al oído izquierdo no sobrepasa la línea de la frecuencia evaluada y la intensidad corresponde a la porción central de éste (250=15, 500=20, etc.).
Después de concluir con el oído de peor audición se continúa con la evaluación del oído de mejor audición (derecho) por vía ósea sin utilizar enmascaramiento, ya que en este caso la audición coclear del oído derecho se encuentra mejor que la del izquierdo (aunque vibre el cráneo a esa intensidad, el oído izquierdo no es capaz de percibirla). El símbolo del oído derecho no sobrepasa la línea de la frecuencia y la intensidad del umbral está dada por la arista de la figura (250=0, 500=0, etc.).
Se recomienda ubicar los fonos y la pastilla en casos donde la vía ósea del oído de peor audición se encuentre mejor que la vía aérea del de mejor audición, ya que no sabemos si el oído de mejor audición presenta una pérdida auditiva de origen sensorioneural. En caso contrario, si la vía ósea del oído de peor audición se encuentra peor que la vía aérea del oído mejor sólo debemos poner la pastilla vibratoria, sin uso de enmascaramiento.